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CONVIVENCIA ESCOLAR

Por Jenny Barra C.

Edith Rivas P.

          Mediante la revisión de los artículos de Esparza y Rodríguez (2010), Castro (2010) y Barría (2011) se investiga la importancia de la convivencia escolar en la sociedad, su incidencia en la calidad de la educación, las causas que facilitan la violencia escolar y cómo evitarla mediante estudios cualitativos.

Convivencia escolar y calidad de educación

 

          Castro (2010), presenta el tema en una extensión de cinco páginas de doble columna con el objetivo dar a conocer la directa relación de la convivencia escolar y la calidad de la educación, por medio de una introducción, un desarrollo con los subtítulos: factores socioambientales en la escuela, qué pasa en la escuela, definición, clima psicológico docente alumno, el clima escolar y las normas de convivencia, clima escolar y desgaste profesional docente, y para finalizar presenta sugerencias.

 

     El texto describe cualitativamente cómo la convivencia escolar incide directamente en la calidad educativa “[…] el niño, los adultos, sean docentes o padres, entran a la escuela con sus distintas formas de relacionarse, y en esa interacción se establece un clima social, que puede favorecer o impedir que se cumplan los objetivos educativos pretendidos” (Castro 2010, p. 42).

 

          Se indica que las normas son fundamentales a la hora de solucionar conflictos, minimizarlos y evitar que se transformen en violencia, por lo que se destaca que en la construcción de estas deben participar los miembros de la comunidad escolar, pues al involucrarlos, estos se identifican con ellas, las hacen propias y se responsabilizan de su cumplimiento.

 

     Se describen las principales características de aquellas instituciones escolares con mayores logros de aprendizaje como lo son; la organización y funcionamiento adecuado, la pobreza no es un factor que impida el progreso escolar, la frecuencia y calidad de la convivencia y que teniendo los recursos mínimos, son las formas de relacionarse en la escuela las que tienen efectos en el aprendizaje.

 

Estudio cualitativo en Liceo municipal

 

          Barría (2011), a partir de tres diferentes métodos de investigación, busca la recopilación de información acerca de la convivencia escolar en los alumnos de séptimos y octavos años básicos de un liceo municipal de la comuna de Máfil en la región de Los Ríos.

 

          Se trabajó con 72 alumnos, los cuales accedieron de manera voluntaria al estudio durante el año 2010, ellos provienen de lugares rurales y urbanos de la comunidad, existe una variedad con respecto al rendimiento y comportamiento escolar.

 

          Los artículos se encuentran bien estructurados y ordenados, se puede observar una introducción, presentación del objetivo, la metodología, los resultados y análisis de los mismos.

 

      Son relativamente cortos, Esparza y Rodríguez (2010), logran exponer de manera clara, concisa y ordenada un tema de gran relevancia que no solo afecta al ámbito educativo, sino a la sociedad en general. Este tema es considerado por la OMS como “[…] un problema mundial de salud” (Esparza y Rodríguez 2010). Barría (2010), presenta cuatro esquemas, en los cuales se expresan los resultados de la investigación de manera que se logre una relación entre los diferentes conceptos que se analizan.

 

      El tema de la convivencia escolar es de gran importancia para los futuros docentes. No solo importa cómo actúan los alumnos, también debería interesar el porqué del actuar de los estudiantes, identificar lo que se  considera como mal o buen comportamiento dentro de la sala de clases o cuáles pueden ser los tipos de agresiones que se pueden sufrir al interior del aula, entre otras cosas.

 

       Los textos, que reflejan claramente una investigación previa, no ahondan ni redundan en detalles que finalmente podrían confundir y cansar a los lectores, lo que lo hace fácil de leer y comprender. Además se presenta de manera puntual, en qué se resume el Plan de Convivencia Escolar del MINEDUC, el que va en pos de prevenir el problema de la violencia escolar.

 

         Sin embargo, estando inserto el artículo de Esparza y Rodríguez en una revista perteneciente a la Universidad de Concepción, podría haber reflejado la realidad de la región del Bío Bío, que incluya estudios cuantitativos que permitieran tener una referencia por provincia, comuna, sector socioeconómico, etc.

 

          Además, el estudio cualitativo podría haberse realizado en Educación Básica, como sí ocurre  con Castro (2010) y Barría (2010), pues es en los primeros años de escolaridad que se desarrollan habilidades sociales que tienen relación con el “aprender a vivir juntos” como lo son; el respeto por la diversidad, la empatía, la asertividad, la colaboración, la resolución de conflictos, etc. que van en pos del bien común y la sana convivencia, y en consecuencia, previenen la violencia escolar.

 

          Se hace necesaria, también, la presencia de un estudio cuantitativo que muestre estadísticamente por ejemplo; la cantidad de estudiantes que sufren violencia escolar en un periodo determinado de tiempo, el rango edad en que se da con más frecuencia esta situación. Las regiones más afectadas, denuncias o registros de violencia en un año, etc. y, por último, un estudio cualitativo con apoderados para conocer su punto de vista respecto al tema, sus propuestas y su disposición a participar en la prevención de la violencia escolar, pues la familia constituye uno de los pilares fundamentales cuando se trata de convivencia escolar.

 

          Castro (2010), describe tres tipos de líderes, autoritario, democrático y permisivo, y como sus acciones repercuten en los estudiantes y en su motivación hacia el aprendizaje, y se destaca que el trabajo realizado por el líder democrático es el más eficaz en términos de convivencia y logro escolar, pues “[…] los niños se muestran más responsables y espontáneos en el desarrollo de sus tareas […] Con este liderazgo son menos frecuentes los comportamientos agresivos” (Castro 2010, p. 44).

 

          Presenta la directa relación de la convivencia escolar y el éxito educativo, definiendo el clima escolar en forma concisa y destaca la “relación directa entre un clima escolar positivo y variables como rendimiento, adquisición de habilidades cognitivas, aprendizaje efectivo y actitudes positivas hacia el estudio” (Castro 2010, p. 43).

 

         Al señalar los tipos de líderes y sus características se logra que los lectores se identifiquen con alguno de estos, puedan cambiar su comportamiento o que identifiquen el tipo de líder que desean ser si quieren lograr una buena convivencia y buenos resultados.

 

        Se muestra una realidad ignorada por la sociedad en general: el síndrome de Burnout o síndrome del docente quemado, situación extrema a la que puede derivar la violencia escolar para los docentes. Lo que es muy importante de conocer, pues siempre se enfoca la convivencia escolar a las consecuencias que tiene en los estudiantes y se deja de lado a los profesores, quienes están directamente involucrados en el tema.

Violencia escolar

 

          Esparza y Rodríguez (2010), tratan el tema en una extensión de ocho páginas, cuyo objetivo es presentar aspectos esenciales de la convivencia y violencia escolar y conocer algunas causas facilitadoras.

 

           En el texto se aprecian diferentes concepciones de la convivencia escolar y el llamado de MINEDUC a crear un “Plan de Convivencia Escolar”. A continuación el tema se contextualiza en Chile y se presenta un caso puntual que marca mediáticamente los primeros antecedentes de violencia escolar en el país.

 

        También se dan a conocer las causas facilitadoras de la violencia en los centros educacionales como antecedentes, mediadores e inhibidores. Además se da a conocer la información obtenida de un estudio cualitativo realizado mediante entrevistas y grupos focales a estudiantes de enseñanza media y finalmente un focus group realizado a profesores de enseñanza media.

 

     A partir del documento surgen nuevas interrogantes para quienes comienzan a involucrarse en el tema; como la necesidad de un estudio cuantitativo sobre las repercusiones de la violencia escolar en los maestros, existe o no apoyo para aquellos que se ven afectados por esta, como repercute en su vida personal y familiar el tema, etc.

 

        De acuerdo a la investigación previa de los cursos, Barría (2011) declara que:

 

     Los alumnos, en  gran medida, presentan problemas adaptativos, teniendo escasa tolerancia a la frustración, bajo nivel de autocontrol, impulsividad, resolviendo sus conflictos y diferencias por la fuerza; evidencian notable inestabilidad emocional más allá de lo que se espera en su etapa de desarrollo, se manifiestan muy espontáneos y las observaciones y aplicación de instrumentos no altera mayormente la realidad objetiva (p.180).

 

          Con respecto a la validez de los instrumentos, se encuentran supervisados por profesionales educativos del colegio como directora, jefe UTP, educadores diferenciales y otros.

 

          El análisis de los datos según Barría (2011):

 

          Fueron ordenados acorde a los objetivos específicos de la investigación, de los cuales se desprendieron tres tópicos o dimensiones centrales; comportamiento de los alumnos o alumnas en el aula, Relaciones interpersonales en el aula, y Rol de los docentes  ante las relaciones interpersonales de los alumnos o alumnas (p.183).

 

          Se presentan cuatro esquemas resumen de los resultados de la investigación con una pequeña explicación en la parte inferior de cada esquema. Estos explican de forma muy clara lo que se obtuvo como resultado.

 

          Con respecto al comportamiento de los alumnos en el aula se obtuvo que “los malos comportamientos de los alumnos son variados en sus manifestaciones, tales como: desorden, falta de respeto, conductas agresivas asociadas a líderes negativos, etc. Lo mismo sucede con los comportamientos adecuados” (Barría, 2011, p. 184).

 

            Las relaciones interpersonales en el aula desde la perspectiva de los docentes, existen diversos tipos de relaciones o situaciones conflictivas (verbal y no verbal) como “Presencia de bullying, poca tolerancia y falta de empatía” (Barría, 2011, p.185).

 

     Con respecto a las distintas formas de comunicación, se puede señalar: “descalificación de la familia de origen, actitudes despectivas, burlas” (Barría, 2011, p.185).

 

          De acuerdo a las relaciones interpersonales, pero desde el punto de vista de los estudiantes, surgieron diversas problemáticas como la falta de respeto y responsabilidad,  agresiones físicas o verbales. Estas conllevan a la división grupal, descalificaciones y vulgaridad verbal, lo que provoca que el docente tenga actitudes que no son aptas para la formación de un buen ambiente como gritar, imponer límites, ignorar, etc.

 

          El docente también debe buscar apaciguar el ambiente si nota tensión entre los estudiantes, lo que se busca explicar en el cuarto esquema, donde se concluye que “emergen dos subcategorías: actitudes de el mal comportamiento y aspectos que deben ser trabajados”. (Barría, 2011, p.187)

 

       Este tipo de estudios deberían tener una actuación luego de aplicarlos, pues los problemas encontrados en esta investigación, por ejemplo, con un poco de ayuda y practica tienen solución, no deberían quedar solo con el resultado y que la situación continúe de igual manera.

 

           A partir de las investigaciones anteriores queda clara la gran influencia de la convivencia escolar en la calidad de la educación, pues en aquellos establecimientos en que las normas están claramente delimitadas y se han construido en conjunto, los estudiantes se involucran y se responsabilizan por ellas. Esto genera un ambiente de sana convivencia y en consecuencia el logro de buenos resultados de aprendizaje.

 

          En cambio, en aquellos establecimientos que presentan problemas de violencia escolar, se observa un ambiente de tensión entre estudiantes, profesores y comunidad escolar en general, lo que conlleva a un bajo rendimiento escolar, la necesidad de planes de acción para prevenir y remediar la violencia, y el gasto de tiempo, recursos y energía que deberían emplearse en mejorar la calidad educativa.

Biliografía

 

Barría, C. (2011). Problemas en la convivencia escolar. El caso de los estudiantes de séptimo y octavo años de un liceo municipalizado. En Revista investigaciones en educación, vol XI, N° 2, pp. 177-191.

 

Castro, A. (2010). Alfabetización emocional. El clima escolar y la calidad educativa. En Revista de educación N° 343 pp. 41- 46.

 

Esparza, P. y Rodríguez, K., (2010). Convivencia y Violencia Escolar. En Visiones de la Educación, n° 17, pp.61-68.

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