Esta película enseña los prejuicios raciales hacia la gente de color, causando gran impacto a las personas que los sufren, y expone como al dar una oportunidad para conocer a otros, mejora la vida de uno; esto se ve reflejado en la relación que se forma entre los personajes, en la cual Driss vuelve a dar emoción a la aburrida y monótona vida de Philippe, quien luego del accidente se encierra en su casa y se aleja de casi todas las personas  que antes lo rodeaban.

            Es una película dirigida a un público mayor de 12 años, pues si bien su contenido no es extenso, su comprensión y análisis requiere de ciertos niveles de madurez; deja una enseñanza acerca de cómo los prejuicios afectan a las personas a quienes va dirigido, que muchas veces son erróneos. Además demuestra que si le damos la oportunidad a alguien de entrar a participar a nuestras vidas, éste  puede revivirla y hacer cambiar nuestra forma de percepción de las cosas.